La hora de quedada había sido las 8:30 de la mañana en la boca de metro de Sol con mi compañero de trabajo y de entrenamientos Miguel Ángel, el cual tenía mejores tiempos y sensaciones en los entrenamientos y al que Raquel y yo le decíamos que daba gusto verle "volar" sin sufrir.
Carrera cuyo principio no puede animar más a un madrileño que su querida Puerta del Sol, ambientazo de gala, y muchas ganas de recorrer esos 10 kms, los cuales una vez terminada la subida de la calle Montera y la bajada a Cibeles por la Gran Vía iban a ser 5 kms de subida por la Castellana hasta Plaza de Castilla y 4 restantes de bajada hasta el Paseo de Recoletos.
En principio la idea era ir juntos hasta que cada uno se guiara por sus sensaciones, lo cual hicimos los dos primeros kilómetros, que es lo que aguanté el ritmo de Miguel, el cual pude seguir en la subida por Montera por ser el principio y estar descansado y la bajada de Gran Vía puesto que en bajada no noté lo exigente que era su ritmo, pero nada más pisar Castellana y empezar el terreno a endurecerse me fue dejando poco a poco atrás y con muy malas sensaciones, puesto que me encontraba vacío de piernas y me había pasado de listo siguiendo su alto ritmo de carrera.
Poco a poco fueron pasando los kilómetros y todo mi afán era llegar a Cuzco para poder girar y encarar la segunda parte de la carrera que era bajada y esperaba poder recuperar sensaciones y poder hacer un buen tiempo, pero algo me decía que eso no iba a pasar...
Llegué a Cuzco muy tocado y empecé la bajada poco a poco intentando ir metiendo buenos tiempos y recuperar piernas, lo cual, ante mi asombro, estaba consiguiendo, hasta que a falta de 3 kms se me empezó a dormir el pie derecho...suena gracioso eh?, pues no lo es para nada, que mala sensación, que impotencia, y que miedo a romperme...pero no iba a tirar la toalla y pensaba llegar a la meta fuera como fuera.
Poco a poco fueron pasando los minutos y el pie dormía y despertaba cuando le apetecía, hasta que encaré el último kilómetro donde ya no iba a despertar de ese hormigueo, tocaba tirar de orgullo y acabar esta preciosa pero accidentada carrera, y así atravesé el arco de meta con un tiempo de 50:41, lo cual para el recorrido que era y lo sucedido con el pie me pareció un tiempo para estar más que satisfecho.
Ahora tocaba juntarme con Miguel, comentar la carrera y desear que llegue Junio para dejar de viajar con el trabajo y poder entrenar en Madrid con más tranquilidad y así buscar nuevos retos como la Carrera Norte Sur 2014 y el ya conocido como Villa de Cerceda 2014, donde el objetivo era bajar el tiempo de 2013.
Bueno, os dejo tranquilos hasta la próxima entrada titulada "Carrera Norte Sur 2014".
Saludos Runners,
Fer
